Ser pobre en este país deja mucho, según el INEGI
Lunes 2 de octubre de 2006
México SA
Carlos Fernández-Vega
En 2005, 70% de la población se repartió 35.8% del ingreso, y el 30% se quedó con 64.2
En ese maravilloso país llamado foxilandia, muy cerca ya de "transformarse" en calderolandia, todos, absolutamente todos han ganado, máxime si se trata de los pobres entre los pobres. Parece increíble, desde luego, pero para eso existe la manipulación de cifras.
Guardado bajo mil candados, pospuesta por meses su difusión pública porque al gobierno del "cambio" casualmente se le cruzó el periodo electoral, finalmente el INEGI divulgó una versión parcial de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2005, lo que tendría que haber hecho entre finales de mayo principios de junio pasados, es decir, en plena campaña y semanas antes de los comicios de julio.
En esa versión parcial, se aplaude que en el periodo 2000-2005 "todos los hogares incrementaron su ingreso en un monto inversamente proporcional a su condición económica", con lo que el discurso oficial sobre la supuesta reducción de la pobreza a lo largo del "cambio" no sólo se confirma, sino se documenta, según el INEGI.
Ha sido tal el avance, siempre según la versión oficial, que de 2000 a 2005 los mexicanos más pobres entre los pobres fueron los que mayor incremento registraron en su ingreso trimestral, con 19.5 por ciento, proporción que se compara positivamente si se observa el aumento que reportaron lo más ricos, que sólo fue de 1.9 por ciento.
Qué maravilla. Ser pobre en este país sí deja, y mucho, porque si se compara el aumento en el ingreso de los más pobres con el registrado por los más ricos, la diferencia supera los diez tantos, a favor, desde luego, de los primeros.
Ver jornada